¿Pensás que fracasaste porque no terminaste la carrera, no estás en pareja, no sos madre o tu emprendimiento no termina de arrancar?
Te tengo una buena noticia, fracasar puede salvarte la vida.
Mucho se habla sobre las claves del éxito y de cómo conseguirlo fácilmente.
Pero lo que se suele omitir es que cada persona exitosa tiene un historial de fracasos previos. Tantos, que incluso pensado en términos de practicidad la pregunta sería ¿por qué siguieron intentándolo?
La respuesta es: porque creían que podían.
Porque pese a las dificultades, lo volvieron a hacer, pero ya con un conocimiento previo.
Fracasar muchas veces te ayuda a aprender de los errores, hasta que una vez lo lográs.
Lo cierto es que pocos sentimientos afectan tanto a una persona como el de fracaso.
Fracasar, como construcción mental, nos paraliza y nos quita el poder del hacer.
En la educación tradicional no se incluye aprender a manejar las frustraciones.
Tampoco se dictan talleres de autoconocimiento o resiliencia en las escuelas.
Y como crecimos en un mundo condicionado y estructurado por lo que debería ser;
el problema puede aparecer cuando ese debería se transforma en nuestro peor enemigo.
Si nuestra atención está puesta en cada error, o en cada falla, es más probable
que el sentimiento de fracaso se instale como una constante.
¿Pero qué es el fracaso?
Como definición, el fracaso es un malogro, un resultado adverso de un negocio, una caída, un rompimiento, un suceso lastimoso.
En definitiva, es algo que salió mal o que simplemente no funcionó como se esperaba.
Mario Alonso Puig, uno de los grandes referentes actuales de superación personal, sostiene que el éxito para cada ser humano es diferente, y que cambiar la perspectiva de nuestros pensamientos puede determinar cómo percibimos la propia vida.
Si en nuestra mente se reemplazan los pensamientos negativos por otros positivos, toda nuestra realidad física y psíquica comenzará a cambiar.
Esto nos lleva a un planteo clave ¿alguna vez te preguntaste qué es el éxito para vos?
Esto que parece un eslogan de publicidad dista mucho de serlo y apunta a la esencia de cada ser humano.
Cuando se comienza a trabajar con un coach, guiño para aquellas que están lidiando con proyectos que aún no se concretan; una de las primeras preguntas que surgen es si sabés cuál es tu propósito en la vida.
Y esto se entiende cuando un buen guía te ayuda a indagar sobre tu existencia, con qué te conectás, qué actividades o hobbies disfrutás, cómo te gustaría que sea tu vida.
Como todo viaje, un trabajo de estas características puede mover toda tu estantería de creencias.
No desde un idealismo abstracto, sino desde entender a la persona que de verdad sos.
Por ejemplo, si tu propósito en la vida es brindar momentos de felicidad y placer a través de la comida, y tu sueño es dedicarte a la pastelería, el éxito para vos será tener tu propio negocio, o quizás viajar por el mundo recopilando recetas. También podrías unir esas dos pasiones y convertirte en una bloguera de viajes culinarios.
Las posibilidades son infinitas, y por eso se busca conectar el propósito de una persona con aquello que disfruta hacer.
Nido Qubein dijo: “Tus circunstancias no determinan a dónde puedes llegar, solo señalan tu punto de partida”.
Lo importante, en todo caso, es que lo hagas.
Con la ayuda de alguien o por tu propia cuenta, a través de la lectura o los cursos (confieso que soy de las que se valen de todas esas herramientas); los resultados no se hacen esperar.
Aunque tampoco es fácil, en ese auto indagar en una misma aparecen los miedos.
Tengo miedo a que me vaya mal otra vez
¿Te pasó?
Los corazones rotos, los negocios fallidos, las carreras inconclusas, las no vidas ideales que vemos en las redes o en las películas.
Cuánta carga sobre nuestras espaldas, y qué poca reconexión con nuestro verdadero yo.
Sentimos miedo a no ser eso que se espera que seamos.
Sentimos miedo por no cumplir con los mandatos sociales.
Sentimos miedo porque ya estamos grandes para trabajar en algo que no nos gusta; pero también estamos grandes para empezar de nuevo.
En definitiva, tenemos miedo a la vida, y eso nos deja quietas, ancladas a un lugar del que queremos salir, pero adiviná qué, tenemos miedo de intentarlo.
Que gran reflexión, ¿no?
Pues sí, esto te lo dice una mujer que tuvo miedo por mucho tiempo, hasta que se cansó.
Así es, me cansé de escuchar mis propias charlas, de aburrirme del monotema.
Así que si te sentís identificada con lo que te cuento, sabés que estamos en la misma.
Preguntarme si había una salida al malestar fue en mi caso un disparador.
El proyecto que con tanto amor y dedicación construí durante dos años se precipitó al inicio de la pandemia.
Y fallé, una vez más.
Con el corazón roto, encerrada entre cuatro paredes y con mis sueños profesionales destruidos.
Sin embargo, ese último fracaso me salvó la vida.
Y un día, en medio de la apatía y la tristeza decidí hacer algo, lo que sea para estar mejor.
Ví charlas, leí libros, comencé a practicar mindfulness, me anoté en pilates.
Era lo que podía hacer en ese momento, sin saber que todas esas mínimas acciones serían las que me sacarían a flote.
¿Cuál es la vara que define tu éxito?
Nos importa tanto el qué dirán y tan poco lo que en realidad queremos.
Esa es la vara para muchas de nosotras, medimos el éxito por comparación.
Cuando ese otro u otra, es en apariencia lo que nosotras deseamos ser o tiene todo lo que quisiéramos tener.
Pero también hay otra vara para medir el propio éxito.
Esa es la medida que le damos al atrevernos a construir la vida que queremos vivir.
Marian Rojas Estapé dijo: “Tu éxito sucede cuando te enfocas en tus capacidades y en crear orden, constancia y trabajo en torno a ellas”
Espero que cada día disfrutes de todo lo que ya te es dado.
Estás viva, eso lo cambia todo.
Ojalá este artículo te sirva para dar esos pequeños pasos que te lleven a la felicidad.
Y que este momento sea tu momento de encuentro con vos misma.
Acá te dejo algunos títulos de libros que serán de gran ayuda en este camino.
2 respuestas
Qué hermoso escrito!! Me encantó!! Alentador! Gracias por compartirlo! ❤️🩹
Gracias por tus palabras! Nos alegra mucho que te haya gustado! Un abrazo 🙂