Estrategias para afrontar mejor los cambios

A veces es tiempo de cambios. Pero por más que nuestra mente lo entiende y nuestro corazón lo siente, a veces los cambios asustan.

Por la incertidumbre que generan, porque hay que tomar decisiones, porque implican salir de la zona de confort.

Mercedes Korin acompaña a personas y organizaciones en materia laboral, y es autora del libro “A veces el cambio“, ideal para acompañar el proceso de cerrar un ciclo y abrir otro.

En esta entrevista, nos habla de cómo hacer frente a los cambios, de mirar con más amorosidad lo logrado y aprender que la vida está más compuesta de “a veces” que “para siempre”.

¿Si la naturaleza es cíclica y nuestra vida está repleta de etapas que comienzan y terminan, por qué aún así nos cuesta el cambio?

– Me parece que a cada persona le cuesta por distintos motivos pero si tuviera que buscar un denominador común diría que el cambio nos da mucho miedo, nos da incertidumbre. Nos es mucho más fácil detectar qué no queremos más, que lo que sí queremos.

Entonces al no tener tan claro hacia dónde ir tampoco está claro qué estrategias generar o cómo avanzar hacia ese nuevo ciclo eventualmente.

Algo que me gustó mucho del libro “A veces el cambio” es que si bien propone observar el ciclo que está terminando y abrazar lo que está por venir, también habla de habitar el espacio en el medio. ¿Cuál es la mejor manera de transitar esa etapa? El “durante” del cambio.

– Lo primero es darle entidad al cambio, entender que entre un ciclo que se termina y otro que empieza, hay algo en el medio. Y ese en el medio no es un minuto, es un proceso.

También podés identificar cuáles son los motivos por los cuales querés ese cambio o qué pistas tenés para encararlo.

Y también algo que me parece que funciona bastante es ir probando chiquito; cuál sería un próximo paso chiquito, concreto, que no sea inasible, que no me genere unos costos fenomenales. Si pienso en un cambio laboral, antes de pegar el portazo ¿qué conversaciones debería tener y con quiénes? ¿Quiénes deberían saber qué hago y cómo lo hago? ¿Quiénes me ven en acción? Todas esas son estrategias que podemos encarar, que no dependen de otras personas, que dependen de nosotros.

En mi experiencia, lo que no sirve es la parálisis, la espera de que haya un tiempo mejor para tomar la decisión de cambiar. Los tiempos ideales no existen. Me parece que con prudencia, con estrategia, con acción, uno puede ir generando ese cambio que está buscando o por lo menos intentarlo.

¿Qué emociones a nivel personal uno tendría que trabajar o tener más aceitadas? Pienso en el entusiasmo, la confianza, el optimismo…

– Todas (se ríe). Son clave el entusiasmo y la autoconfianza pero también el saber gestionarlas. Que la confianza que uno tiene sobre uno mismo no dependa tanto de la mirada del otro. Lo que tengo para aportar va más allá de si me llamaron o no de ese trabajo al que yo estoy postulando.

Y después, cuidar el entusiasmo derrapado, el entusiasmo mezclado con ansiedad. Por ejemplo, nunca mandaría un mail para que me confirmen un presupuesto o un puesto laboral en vísperas de feriado o un viernes a la tarde.

Hay que salir de la catarsis y pensar un poco más estratégicamente.

Aprender a manejar la ansiedad de uno, que no es la del afuera.

Sí, esto es re importante. Entender que los propios tiempos cuando uno está en una búsqueda laboral, en general no son los tiempos de otros (clientes, instituciones, organizaciones, empresas).

Los tiempos institucionales nunca son los tiempos de uno y menos de uno en una búsqueda laboral, donde uno quisiera que los tiempos sean “ya mismo”.

¿Qué profesiones has visto que predominan en la cuestión de cambiar?

– Antes el prototipo del cambio era pasar de un empleo a tener un emprendimiento. Por muchos años, el emprendedor o la emprendedora fue la figura aspiracional. Pero post pandemia, y acorde a cómo la tecnología fue ganando espacio, ahora me parece que está el tema de la programación, del desarrollo de software, la experiencia de usuario.

Mucha gente está accediendo a empleos de este tipo, hay más oferta laboral en estos ámbitos que en otros y en muchos casos uno puede trabajar para el exterior y percibir ingresos en otra moneda que no es el peso.

Distintas variables de lo personal pero también a nivel país y global van teniendo injerencia en nuestras decisiones.

¿Y qué pasa cuando lo que uno quiere cambiar… es dejar de cambiar permanentemente?

– Está buena esa pregunta porque hay como un paradigma donde lo que vale es el cambio. “Hay que salir de la zona de confort”. ¿Por qué? No, yo quiero vivir en una zona de confort total. Quiero vivir muy confortable (se ríe).

También depende de los momentos de la vida de cada uno. Hay momentos donde uno quiere nuevos desafíos, nuevos aprendizajes o nuevos lugares donde aportar la experiencia que uno tiene. Y hay otros momentos donde uno lo que quiere es estabilidad y eso es absolutamente válido.

Está bueno desarrollar una mirada más amorosa respecto de lo que uno consiguió, respecto del trabajo que está teniendo; de cómo en un trabajo estable, saludable, uno puede profundizar ciertos vínculos, aportar cuestiones cada vez más interesantes, innovar dentro de lo que tiene. Y también no innovar.

Lo que propone el libro es que no hay “esto es así” o “hay que sentirse así” o “lo que conviene es esto”. El A veces del título del libro es que si a veces puede ser de una manera, a veces puede ser de otra, y a veces puede ser de otra más. Entonces la idea es una mirada habilitadora de las distintas realidades donde también lo que subyace a nivel idiosincrasia es una idea de diversidad.

Cada uno tiene el derecho a tener su propia mirada sobre qué quiere de su vida laboral y también que lo que entiende por interesante o alineado con su vida laboral tiene que ver con el momento en que se encuentra la persona.

Hay un fragmento del libro que dice “a veces la vida que quería tener no es la que quiero tener ahora”. Hay un mandato que dice que a los 18 años tenés que decidir lo que vas a ser toda tu vida…

– Sí, y así el matrimonio y distintas instituciones. Digamos que la cultura genera ciertas maneras de pensar que está bueno poder ponerlas en remojo y lo mismo con nuestras propias decisiones.

A los 18 no tenemos mucha idea, hacemos lo que podemos y decidimos como podemos. Y ahí en todo caso tendremos una primera formación que nos va a ayudar a tener cierta mirada sobre el mundo.

Uno puede tener ciertos intereses y después los va modificando a lo largo del tiempo y con eso pueden venir cambios de profesiones o de oficios.

Podemos cambiar de intereses a lo largo del tiempo. Somos distintas personas a lo largo de la vida.


4 respuestas

  1. Me parece interesante ese pensar el a veces. Porque tb no encorsetarnos en formas de pensar de ser y de responder nos abre justamente la mirada amorosa y flexible que debemos tener ante la incertidumbre y el miedo como algo normal. Como aquello que nos invite a transitar la vida con esos condimentos que no deben paralizar sino como acompañarnos en cualquier momento de la vida.
    Debe ser un libro que aporta buenas miradas y no deja de ser una herramienta si estamos en procesos de cambios laborales u otros. Gracias Ale! Besos. JOR.

    1. Hola Jor! Sí, está bueno lo de no encorsetarse en formas de pensar o de ser. Vamos cambiando y está bien. El libro es precioso, tiene frases que te dejan pensando y refleja muy bien todas las emociones que aparecen cuando se cierra un ciclo y se abre otro. Es muy lindo para regalar a alguien que esté transitando un cambio. Te mando un abrazo!

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